Hedi Slimane, actual director creativo de la casa de moda francesa Céline, ha demostrado siempre una habilidad especial para plasmar la estética y el estilo de vida rock & roll. Siluetas ajustadas, prendas de cuero, tachuelas, camisas abiertas, botas de tacón, gafas de sol de aviador... Una afinidad por el estilo de aspecto liberador que continúa impregnando a la firma con la incorporación de su nueva estrella de campaña, Bob Dylan.
A sus 81 años, el rey del folk-rock posa ante las cámaras para convertirse en el icono de la nueva serie 'Portrait of a Performer' de la marca. Una colección plasmada con fotografias en blanco y negro en las que se puede ver al legendario músico en su casa de Los Ángeles sosteniendo un juego de guitarras (una acústica y otra eléctrica Gibson), como si estuviera rasgueando el instrumento. Inmortalizado en su casa, en un entorno íntimo, aunque su apariencia sigue siendo esquiva, temperamental y casi sombría, como la de su música.
Los tiempos han cambiado, pero para Slimane, sigue siendo importante "celebrar a quienes hicieron historia, los grandes que cambiaron el espíritu de la época, los que impulsaron la revolución y fueron la voz de una generación". Artistas que recuerdan al pasado pero que, sin duda, también influirán en el futuro, como Martin Rev, Paul Banks o Julian Casablancas de The Strokes, todos ellos modelos de Céline.
Y es que desde que tomó el timón de la marca, el fotógrafo y modisto ha alterado los códigos de la famosa etiqueta francesa, llevándola de la estética artística y galerista de pasarela impuesta por su predecesora, Phoebe Philo, a una decididamente más atrevida, más subversiva. ¿Quién mejor que un rockero que es a la vez premio Nobel para poner cara a la elegancia de lo urbano?