Periféricos y consumibles

Ruegos y preguntas

hevia

Se ruega no tocar el “genero”. Gracias. Se ruega no poner el acento en asuntos banales o problemáticos. Se ruega no tocar la tilde. Se ruega no tocar a Matilda. Se ruega no tocar a la Matilda diacrítica. Se ruega no tocar el día. Y no tocar la crítica. Se ruega no tocar la crítica literaria. Se ruega no tocarla ya más, que así es la rosa, la prosa y la sosa cáustica. Se ruega no tocar a los Umpa Lumpas, ni a los diez negritos, ni a los conguitos (cacahuetes recubiertos de una fina capa chocolate, los Ferrero Rocher® del proletariado con conciencia de clase), ni a aquellos negritos del África tropical que cultivando cantaban la canción del ColaCao®, ni a los tractores negros, ni a la negra noche. Se ruega no tocar al negro porque mami qué será lo que quiere el negro (aunque, por lo que parece, quiere pelear conmigo, así que decíselo a mi papá antes de que se termine la verbena con su cumbia trepanadora).