Jason Priestley protagonizó en los año 90 un clásico televisivo de institutos llamado 'Beverly Hills 90210' y luego desapareció. En la serie, el primer hit de la factoría Aaron Spelling —que más tarde pondría en la parrilla mundial su versión adulta y retorcida, 'Merlose Place'—, Priestley, que entonces tenía 21 años, interpretaba a Brandon Walsh, un chaval de Minnesota que acababa de mudarse con su idílica familia —padres cariñosos, hermana gemela de flequillo perfecto— a la parte más exclusiva de la dorada California. Y no le iba nada mal. Hacía un montón de amigos y presumía de adolescencia sin altibajos, convirtiéndose casi en un icono de ciencia ficción de lo pretendidamente real. El éxito de la serie fue tal que condenó a Priestley a interpretarse a sí mismo para siempre.
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Ser para siempre Karl Ove Knausgard, por Laura Fernández
Jason Priestley interpretó al famosísimo adolescente Brandon Walsh en los años 90 y desde entonces prácticamente no ha hecho más que interpretarse a sí mismo, víctima de un encasillamiento del que la literatura no está exenta y si no fijémonos en lo que ocurrió con el autor de la monumental 'Mi lucha' cuando regresó a la novela
Ser para siempre Karl Ove Knausgard, por Laura Fernández /
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