Crítica de libros

'Santander, 1936', de Álvaro Pombo: dialéctica ilustrada

Una novela autobiográfica en la que el autor de 'El metro de platino iridiado' retrata su historia familiar como reverberación de un conflicto bélico a punto de estallar

El escritor santanderino Álvaro Pombo. / José Luis Roca

España a las puertas de la catástrofe. Un país envuelto en el sudario que será sangrante o no será. Unos ciudadanos que todavía no saben que sus vidas quedarán marcadas por el fuego enemigo de sus propios hermanos, amigos o vecinos. Unas familias bien venidas a menos. Una ciudad dibujada como el centro melancólico de un presente que huele a piel y a pólvora. Con estos mimbres Álvaro Pombo (Santander, 1939) ha escrito 'Santander, 1936' una novela singularmente autobiográfica, anclada en una honda intimidad revelada, cuanto necesariamente política y, por tanto, se diría que histórica. Porque el friso que presenta Pombo en esta poderosa ficción es la de su familia, tanto la de Cayo Pombo Ybarra como la de su hijo Álvaro Pombo Celler, Alvarito. Orbitan en torno a estos dos personajes Ana Caller Donesteve, la madre de Alvarito, alejada en París del mundanal ruido que está a punto de estallar, Gabriel María, el hermano de Cayo, que "vive en un vivero de deslumbrantes cargos", Elena, la criada de los Pombo y figura colosal que cuida de la familia y llora lo que aquí nadie se atreve a llorar, y Wences, el maestro con quien Alvarito vivirá las penas y sus últimas horas a bordo del buque-prisión 'Alfonso Pérez'.