Política y moda

Carta de Chiara Ferragni a Ione Belarra

La mayoría de observaciones, prejuicios y reproches que han suscitado los pezones de la ministra de Derechos Sociales superan los límites de la ridiculez humana

Ione Belarra e Irene Montero, el domingo en un encuentro político. / Efe

En un acto el domingo junto a Irene Montero, Ione Belarra apareció con un bonito suéter de algodón fino de color malva a conjunto con el motivo que unía a las dos ministras de Podemos: la ley del solo sí es sí. La elección del atuendo hubiera pasado desapercibida si no hubiera sido porque a la responsable de Derechos Sociales se le marcaban los pezones y a alguien se le antojó que tener tetas es poco serio. A partir de ahí, la imagen se hizo viral y la mayoría de observaciones, prejuicios y reproches superaba los límites de la ridiculez humana. Unos se preguntaban por qué no se puso sujetador. Como si el hecho de vestir un sostén evitara que se te marque el pezón. Si los tejidos son naturales, por muchas capas que una se eche encima, aparecerán porque sencillamente están. Inmediatamente, aparecen señoras informando de la existencia de pezoneras de silicona que te garantizan que eso no suceda jamás. Si no tienes a mano uno de estos utensilios, puedes probar con cinta adhesiva (¿quién no lo ha hecho alguna vez desesperada por temor al que dirán?). Vendarse el pecho para obtener los derechos de un varón o amputarse un seno como las Amazonas para poder luchar como un hombre son otros ecos de misoginia que acompañan al cuerpo femenino.