Tuvo que competir con otra gran estrella del cine italiano de su tiempo, Sofia Loren, y también con actrices un poco más versátiles decantadas, en distintas etapas de sus carreras, hacia el cine de autor, caso de Claudia Cardinale, o bien con presencias fulgurantes como Silvana Mangano. Su reinado en el cine italiano como ‘maggiorata’ con Loren fue similar al de Greta Garbo versus Marlene Dietrich en la década de los 30 en Hollywood. Las enfrentaron, aunque podían ser complementarias. Los años 50 y 60 vieron surgir con ella a una estrella deslumbrante, una presencia poderosa que empequeñecía a sus parejas y rivales en la pantalla. En décadas posteriores, ese brillo palideció. Es difícil mantenerse en lo más alto durante más de tres décadas.