Crítica de libros

'El agua del lago nunca es dulce', de Giulia Caminito: cuando el final feliz es un engaño

La autora italiana aborda una novela de iniciación sobre las distintas violencias que subyacen en la sociedad golpeando a los más débiles

La escritora italiana Giulia Caminito. / L' Altra

“Tu vida es la mía”, le grita Antonia a su hija, que, tras un silencio sepulcral, le grita: “Mi vida no es la tuya”. Eso es lo que desearía, pero, en el fondo, sabe que no es así. La joven protagonista de 'El agua del lago nunca es dulce' sabe que su vida está estrechamente ligada a su madre, a su familia, a ese mundo de precariedad y supervivencia del que, por mucho que lo intente, no podrá salir del todo. Porque no todos nacen desde el mismo punto de salida, ese punto que terminará por condicionarlo todo, reduciendo las opciones y desdibujando muchas de las posibles expectativas. En la novela de la escritora italiana Giulia Caminito (Roma, 1988) no hay redención. Tampoco hay sueños cumplidos. Los esfuerzos no son necesariamente recompensados y las posibilidades de futuro, apenas nulas. Porque, aunque se quiera, no se puede; aunque se intente, no se llega; escapar del propio contexto socioeconómico raras veces es posible. Es así. La mayor parte de las personas fallecen perteneciendo a la misma clase social en la que nació.