Quemar después de leer | Artículo de Laura Fernández

Catherine Lacey, la fabulosa y desconocida Joan Didion de Tupelo

Su familia regenta aún la ferretería en la que la madre de Elvis le compró su primera guitarra mientras ella, el cruce perfecto entre la autora de 'El año del pensamiento mágico', Rachel Cusk, Lydia Davis y Otessa Moshfegh, sigue abriendo puertas aún por abrir en lo literario existencial. Su 'Altar' es uno de los libros del año

Catherine Lacey y Elvis Presley / Sara Martínez

En la historia de la literatura existen infinidad de ejemplos de personajes masculinos que, un buen día, deciden irse de casa. Se dicen que ya han tenido suficiente y se alejan de aquello que han sido hasta entonces para convertirse en quién sabe qué otra cosa. Ocurre a menudo que esa otra cosa nunca llega, y todos ellos, se quedan a la espera de que lo haga, en una especie de limbo en el que tratan de entender qué no les gustaba de su vida pasada, y acaban cayendo en la cuenta de que tal vez lo que no les gustaba siga ahí con ellos. Que ellos mismos son esa cosa y que nunca van a poder deshacerse de ella. Todos están aburrida y felizmente casados y no hay un solo problema a la vista. El mejor y más nostálgico ejemplo de este tipo de personaje es el agente de seguros George Bowling, protagonista de 'Subir a por aire', de George Orwell.