Ayuda de 400 euros

La maldición del Bono Cultural Joven: ahora se quejan las empresas

Librerías y salas de cine lamentan la lentitud del procedimiento de adhesión a la iniciativa y alertan de fallos técnicos en su aplicación

La librería Calders, en Barcelona. / JORDI COTRINA

No puede decirse que la puesta en marcha del Bono Cultural Joven vaya sobre ruedas. Si durante el periodo de inscripción de los beneficiarios hubo innumerables quejas por la complejidad del procedimiento y por los fallos de la web habilitada para realizar el trámite, ahora son empresas culturales las que denuncian diferentes problemas, tanto para adherirse a la iniciativa como con el funcionamiento del sistema para que los usuarios utilicen la tarjeta. Los gremios de Llibreters y de Cinemes de Catalunya confirman el malestar entre no pocos de sus asociados. Malestar que, les consta, es de ámbito nacional en sus ramos.