El actor Morgan Freeman fue una de las sorpresas de la ceremonia de inauguración, este domingo, del Mundial de Qatar en el estadio Al Bayt, en la previa del partido inaugural entre la selección anfitriona y el equipo de Ecuador. En uno de los momentos estelares de la gala, Freeman salió al escenario acompañado de Ghanim al Muftah, el joven qatarí sin piernas que padece una malformación de nacimiento y fue escogido por la FIFA para representar la "inclusión y diversidad" del país árabe en la ceremonia.
Ambos escenificaron un momento de diálogo con carácter humanista sobre la unión de los habitantes del planeta que despertó ciertas suspicacias entre una parte del público, muy crítico con el hecho de que Qatar, un país donde no se respetan los derechos humanos de toda su población por igual, haya acogido el Mundial de Fútbol.
A nadie se le escapa que la presencia de Freeman se puede leer desde más de un ángulo. Es uno de los actores afroamericanos más exitosos de Hollywood y en su extenso currículum destacan dos interpretaciones que han ayudado a forjar su imagen de actor de cierta talla moral: por un lado, su papel como Nelson Mandela, el líder sudafricano que luchó contra el apartheid sudafricano en la famosa ‘Invictus’ y, por otro, su encarnación del mismísimo dios en la serie ‘La historia de Dios’, donde pone rostro y sobre todo, su cálida y personalísima voz, al servicio del todopoderoso. También ha interpretado a dios en 'Como dios' y en 'Sigo como dios'.
Otros de los aspectos más comentados de su aparición fue el guante de béisbol que el actor llevaba en su mano izquierda. El propio Freeman ha explicado en más de una ocasión que lo lleva debido a la escasa movilidad que tiene en esa extremidad desde el grave accidente de coche que sufrió en 2008. Tras la colisión, fue operado de urgencia y ésta quedó parcialmente paralizada.