El teléfono de Salvo Montalbano suena antes de las cinco de la mañana. Eso solo puede significar una cosa: ha pasado algo gordo y le llaman de la comisaría. Pero en esta ocasión la llamada es por otro motivo. Un hombre, un tal Riccardino con una energía que tendría que estar penada a esas horas de la madrugada, le anima a que se presente en el lugar de la cita; enfrente del bar Aurora, lo antes posible. Porque todos le están esperando. Montalbano se enfurece al instante, tanto por la equivocación como por el entusiasmo de su interlocutor. Por ello, le pide perdón y le confirma que estará allí en quince minutos como mucho. Es cierto que no debería haberle mentido, pero también concluye que hay que ser más cuidadoso a según qué horas con confundir números a la ligera.
Crítica de libros
'Riccardino', de Andrea Camilleri: el último Montalbano
El desaparecido autor siciliano ha cerrado a gran altura el ciclo literario del personaje, protagonista de una de las series más icónicas de la literatura italiana
El desaparecido autor siciliano ha cerrado a gran altura el ciclo literario del personaje, protagonista de una de las series más icónicas de la literatura italiana
El comisario Montalbano cierra su último caso con permiso póstumo de Camilleri
El escritor siciliano Andrea Camilleri. /
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