Quemar después de leer

La gente es igual en todas partes

O eso decía Miss Marple, que opinaría hoy lo propio, trasladándolo al maniqueísmo de Twitter, de la última biógrafa de su creadora, Agatha Christie

Ilustración para el artículo de Laura Fernández

Imaginen a Miss Marple, la encantadora y perspicaz anciana solterona de campiña inglesa que descubría culpables en las novelas de Agatha Christie, paseando por la Quinta Avenida. Imagínenla tratando de tomar un té en un atestado local del Village —¿por qué no en el mismísimo Café Reggio, antes de que lo hiciera Sal Paradise, el alter ego de Jack Kerouac?—, o contemplando ardillas en Central Park. ¿Que por qué habría viajado hasta allí? ¿Vacaciones con más que posible hallazgo de cadáver y necesidad de resolver el misterio, tal vez? Imagínenlo. Y ahora dejen de imaginar. Porque ya ha ocurrido. Alyssa Cole, una de las resucitadoras de tan poderosamente inmortal personaje, ha escrito un relato en el que ocurre todo eso, y más.