Crítica de ópera

'Don Pasquale': el Liceu inaugura su curso con risas y coca

Un ramillete de estrellas españolas configuran un reparto de ensueño en el ‘Don Pasquale’ que levantó el telón de la temporada

Carlos Chausson y Sara Blanch en ’Don Pasquale’ / A. Bofill

Regresó al Liceu ‘Don Pasquale’ de Donizetti, una comedia con toques agridulces que para darle vida se necesita un equipo de expertos tanto en el difícil ámbito de hacer reír sin caer en la payasada como en el estilo belcantista, un tipo de teatro musical que cuida al extremo la línea de canto y que apuesta por agudos estratosféricos y una rica ornamentación vocal. El Gran Teatre barcelonés fichó a un óptimo equipo vocal, y dio en el clavo. Se dio además la agradable coincidencia de que las estrellas del ‘show’ eran españolas, un contingente históricamente poco valorado en el coliseo de La Rambla. En el papel titular el bajo-barítono zaragozano Carlos Chausson ofreció una clase magistral construyendo un personaje entrañable desde el punto de vista cómico-dramático, unido a un canto de absoluto experto.

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