El 20 de abril de 1999, Eric Harris y Dylan Klebold entraron en su instituto armados hasta las cejas. Habían construido hasta 99 bombas caseras. Habían hecho explotar una a tres kilómetros del instituto justo antes de entrar, para mantener a los bomberos ocupados. Su intención era disparar hasta acabar con todo el mundo allí dentro. Hacía años que soñaban, decían en sus diarios —oh, escribían sin parar—, con matarlos a todos. Habían incluso fantaseado con derribar las Torres Gemelas. Estaban llenos de odio, decían, y les encantaba, decían también. Se habían reído de ellos. No habían hecho otra cosa. Y ahora iban a pagar por lo que habían hecho. Su instituto era el famoso desde entonces instituto Columbine. Mataron a 13 personas, y sentaron un precedente aterrador.
Quemar después de leer
El futuro es un árbol que habla
La última novela de la escritora norteamericana A. M. Homes anticipa a Trump y su legado antes de uno y otro
Ilustración e AM Homes para Quemar después de Leer de Laura Fernández /
Temas
Lo más visto
- RTVE elimina el último programa de Masterchef en el que se denigró a una concursante que abandonó por estrés
- Rodalies abre una investigación por un mensaje culpando el retraso de un tren a la "mala gestión de la Generalitat"
- Buenas noticias para los jubilados: la paga extra de verano viene con sorpresa
- Encuesta CEO: El PSC podría llegar a 47 escaños y ERC mantiene una ligera ventaja sobre Junts
- Activada la alerta del plan INUNCAT por acumulación de lluvia en el noroeste de Catalunya