Periféricos y consumibles

Olona, Manuel Puig, ucronía

La candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía, Macarena Olona clausura el acto de cierre de campaña del PP para los comicios autonómicos. /

Escribo esta pieza sabiendo lo que ha pasado con Olona en las elecciones andaluzas. Y aunque es verdad que lo glocal no quita lo caliente, lo que más me interesa de esta señora es el modo en que ha llevado al extremo el desparpajo ayusino o ayusiano. Si ya Isabel Díaz Ayuso ponía de los nervios a sus contrincantes con su sonrisa lela o alhelí y su discurso cortante y sonante con tonillo de cheli de Serrano pasado por la túrmix marina, Olona es el empoderamiento femenino fachirulo. Como una Olona de fuerza desmedida había irrumpido la candidata provincialmente apátrida, que aparecía en los carteles penibéticos travestida en la morena de mi copla que pintara Julio Romero de Torres. Esta mujer de rojo sobre fondo verde trufado de banderas de España nos miraba con los ojos de misterio y el alma lleva de pena. Como escapada de un cuadro, en el sentir de la copla, toda España la venera y toda España la añora, oíamos en el pasodoble, que con su soniquete nos conduce a la Venta de Eritaña. Y el auditorio invisible parecía pedir que ojalá levantara la cabeza Manolo Escobar porque si Olona tuviera un Manolo Escobar, cuántas cosas barrería del sur.