Hijo del director Claude Zidi y practicante, como este, de la comedia ‘ligera’ francesa, Claude Zidi Jr. plantea a su manera una historia no muy distinta a la de ‘Billy Elliot’. Si en este célebre musical y película un adolescente británico quiere dedicarse al baile, aunque su padre está obsesionado con que haga boxeo, en ‘Tenor’ se trata de un joven de los suburbios parisinos, de origen magrebí, que quiere triunfar como cantante de rap y, de pronto, descubre sus innatas habilidades para el canto lírico. Una profesora de la Ópera de Paris tiene claro que puede convertirlo en un excelente intérprete de Verdi, Mozart, Purcell y compañía, y aunque el joven se da cuenta de sus aptitudes, esta inesperada entrada en el mundo de la música culta le pone en contradicción consigo mismo, sus amigos y su entorno.

La película no va mucho más allá de esbozar la situación y el consiguiente conflicto. Hay apuntes interesantes sobre la doble vida que empieza a desarrollar el protagonista, como la de Billy Elliot, tomando clases de canto y ocultando a los suyos que lo hace. Un tema sobre el papel interesante, de cierta envergadura dramática, aunque no especialmente original, que Zidi Jr. prefiere tomarse con un exceso de sosiego y un plus de ligereza. Las reflexiones musicales sobre la colisión entre rap (la cultura del pueblo) y la ópera (la alta cultura musical) quedan para mejor ocasión.