Los museos inician la remontada tras el coma del covid

"Ahora mismo, con el verano que prevemos, la pandemia casi me parece una historia antigua. Este año está siendo mejor de lo que habíamos previsto", afirma con optimismo Emmanuel Guigon, director del Museo Picasso de Barcelona, compartiendo las expectativas de recuperación con otros responsables de centros artísticos catalanes. Tras la debacle causada por más de dos años de crisis sanitaria, con un primer cierre total de tres meses, ertes y una lenta y progresiva apertura con distintas restricciones de aforo y el consiguiente descenso de ingresos, encaran, después del tímido crecimiento de 2021, una palpable remontada de público (las visitas cayeron más del 70% en 2020), aunque no se espere aún alcanzar las cifras precovid de 2019. Ante la Nit dels Museus, que se celebra este sábado con puertas abiertas desde las 19 horas en 120 espacios culturales de Catalunya, tres de sus directores explican qué fórmulas han aplicado estos años y cómo afrontan la nueva etapa. Junto a Guigon, Pepe Serra, al frente del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), y Elisa Durán, directora general adjunta de la Fundació la Caixa, por parte de CaixaForum Barcelona. Bienvenida por todos es la Nit dels Museus; aunque preferirían que la gente los visitara el resto del año, la gratuidad, el horario y la oferta de actividades ayudan a atraer a un público que normalmente no va a museos, señalan, y que así puede descubrir cosas que les generen la necesidad de volver otro día. Ante la desaparición del visitante turista durante meses todos se han volcado aún más con el público local. El MNAC prevé alcanzar este año el medio millón de visitantes (ya lleva 200.000), frente a los 838.000 de 2019. "Antes, la mitad del público ya era de aquí, pero ahora lo es el 70%. Una parte del turismo ya ha vuelto", afirma Serra. "La pérdida económica de ingresos durante la pandemia ha sido bestial y no la hemos recuperado aún, pero ello nos ha enseñado a trabajar con más eficiencia y priorizando cosas, como que el museo esté presente en el barrio y la ciudad, por ejemplo colaborando cada año en un espectáculo del festival Grec". En esa cercanía, el MNAC también ha apostado por tener a artistas vivos trabajando obras en el museo, como Perejaume o Francesc Torres. Turistas y locales Destaca Guigon que han "cambiado la idea de que el Picasso es un museo solo para turistas, de que la gente de aquí no venía por miedo a las colas. Ha venido". En 2019 superaron el millón de visitantes; en 2022, hasta abril, sumaban 184.600. "Y estamos trabajando cara a 2023, con el 50 aniversario de la muerte de Picasso, con exposiciones como una con la colaboración de la Fundació Miró, pero también con actividades en la ciudad y reforzando la red catalana, con por ejemplo Horta de Sant Joan, para dar una imagen del museo alejada del turismo". "Dos años después estamos satisfechos de constatar que hemos recuperado el número de visitantes que teníamos antes de la pandemia. Se ha incrementado el interés por la cultura", apunta, por su parte, Duran. En CaixaForum, donde "trabajan para promover la visita recurrente del público local", registraron en 2019 cerca de 675.000 personas. "El 1 de junio de 2020 fuimos la primera institución cultural en reabrir puertas; hicimos un gran esfuerzo por recuperar lo más pronto posible el pulso cultural, entendiendo que era un elemento central para la recuperación y el bienestar personal tras una etapa muy dura. Se ha demostrado que la cultura es más necesaria que nunca". Recuperación de visitantes generalizada Todos los museos consultados están recuperando visitantes. Esta semana, la Fundació Gala-Salvador Dalí ya interpretaba como una "tendencia de recuperación" llevar en lo que va de año 76.030, un 60% de los recibidos en el mismo periodo de 2019. Desde el Macba también hablan de "clara recuperación": hasta abril contaban 66.077 (34.000 más que en esos meses de 2021) y prevén seguir aumentando en verano. Como en el CCCB, donde este 2022, hasta esta semana, han contabilizado 85.000, un 15% más que el año pasado por estas fechas. En la Fundació Miró, hasta el 30 de abril, sumaron 68.000 (en todo el 2021 fueron 96.000). Ante la reducción de ingresos y la economía de pandemia la opción consolidada en especial por parte del MNAC y del Picasso ha sido optar por forjar exposiciones recurriendo a las piezas de las propias colecciones permanentes, huyendo de las llamadas ‘blockbusters’ (que generan altos costes de transporte y seguros), optando por muestras más modestas pero tanto o más atractivas y que se prolonguen más en el tiempo, y con colaboraciones con otros centros. "Que las exposiciones sean pequeñas no significa que sean menos interesantes o que no puedan ser un éxito en cuanto a repercusión mediática", apunta Guigon, con dos claros ejemplos: la muestra sobre Lola, la hermana de Picasso, o la aún activa sobre la investigación en obras del periodo azul. "Siempre he montado exposiciones a partir de la colección, buscando aspectos y cosas inéditas para compartirlas con el público, no solo con los enterados, para mí es una obligación cultural. El sentido de un museo creo que está en su colección, su historia, y en tener en cuenta al público de la ciudad en que está. Nos hemos adaptado económicamente y eso también pasa porque las muestras no sean enormes para que no sean demasiado costosas", añade. Dos de las próximas, en junio, son también en esa línea, con piezas de la colección, una sobre Brigitte Baer, autora del catálogo razonado de los grabados de Picasso, y otra con 600 fotografías tomadas por Lucien Clergue, gran amigo del artista. No a la exposición 'blockbuster' "Nunca he creído en las exposiciones ‘blockbusters’ -coincide Serra-. Hay que apostar por cosas con más valor añadido, de servicio público, de proyectos con retorno. El rendimiento no solo se mide en cifras y en largas colas sino en variables cualitativas". Un ejemplo de ello es "la repercusión que está teniendo la muestra ‘Maternasis’, que ocupa una sala de poco más de 10 metros cuadrados", con obras de la dibujante Núria Pompeia y de otras mujeres artistas olvidadas. Sin embargo, el MNAC puede presumir de haber organizado la ambiciosa muestra sobre Gaudí, que ahora puede verse en el museo de Orsay de París, y la próxima semana abrirá otra con no menos atractivo sobre William Turner, coorganizada con la Tate de Londres, y en julio llegará otra sobre la Capilla Herrera de Carracci, junto con el Museo del Prado y el Palazzo Barberini de Roma. "Hemos podido hacerlas porque hemos sabido gastar mejor los recursos y porque trabajamos con centros del resto de Catalunya y también de fuera", apunta Serra. Colaboración con otros centros También está "en el ADN de CaixaForum -recuerda Duran- la colaboración con grandes instituciones culturales de todo el mundo, como el British Museum, el Centro Pompidou, el Prado.... Este modelo se ha demostrado muy eficaz durante la pandemia, ya que nos ha permitido seguir programando exposiciones conjuntas". "No ha habido un cambio a la hora de programar y de dedicar recursos a las muestras. Hemos seguido buscando el equilibrio en la programación: arte moderno y contemporáneo, arqueología, cine y fotografía, arquitectura y diseño, y ciencia y naturaleza. Con una oferta renovada y lo suficientemente amplia como para satisfacer todos los gustos". Como ejemplos, la actual muestra sobre Magritte, la que inauguran la próxima semana sobre el fenómeno del tatuaje, o la reciente presentación del tapiz de Miró, restaurándose ante el público. Aceleración de la digitalización Todos coinciden en que uno de los cambios que la pandemia ha acelerado, aunque ya lo tuvieran en la agenda o hubieran empezado a potenciarlo, es la digitalización. Esta misma semana, según un informe elaborado por Advisory Board for the Arts sobre centros de todo el país, el 84% de museos se han replanteado su estrategia ‘online’. "El acceso digital al patrimonio es gratis las 24 horas del día e implica que te pueden ver desde Helsinki -constata Serra-. Estamos trabajando para dar la máxima información posible de la colección en red. Porque la experiencia digital puede generar la necesidad de venir físicamente". También en CaixaForum tienen "claro que los proyectos deben combinar la presencialidad con la parte digital" y buscan "potenciar el consumo cultural fuera de las salas de exposición". En el Picasso están renovando también la web y trabajan para reforzar la oferta virtual. "Es necesario captar público también desde la red", afirma Guigon. Un ejemplo de sus posibilidades es el seminario, celebrado esta semana, sobre feminismo y Picasso, donde han reunido a intelectuales de diversos países. Gracias al Zoom.

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