María de la O Lejárraga fue una de las mujeres más brillantes de su época. Desde principios de siglo hasta el comienzo de la Guerra Civil escribió casi un centenar de obras, colaboró con Manuel de Falla en la elaboración de ‘El amor brujo’, tuvo un éxito internacional gracias a ‘Canción de cuna’, escribió ensayos feministas, mantuvo correspondencia con Juan Ramón Jiménez e incluso se dice que Disney plagió un guion suyo que terminaría siendo ‘La dama y el vagabundo’. Pero María Lejárraga no forma parte de la historia oficial de la literatura de nuestro país. No se incluye en los planes de estudios ni prácticamente se sabe de su existencia. Toda la gloria se la llevó su marido, Gregorio Martínez Sierra, que fue quien firmó sus obras. Y, aunque era un secreto a voces, todo el mundo prefirió guardar silencio, sacrificar su identidad literaria y relegarla al anonimato.