El libro de la semana

'Bueno, aquí estamos', de Graham Swift: viejos (y eficaces) trucos de magia

  • El autor sitúa a tres buscavidas en la Inglaterra de 1959, entre la grisura de la posguerra y la vitalidad de los años 60

Graham Swift. / Laura Guerrero

Sur de Inglaterra, Brighton, melancólica y herrumbrosa ciudad de vacaciones a unos 80 kilómetros de Londres. Corre el año 1959, una bisagra entre la grisura chata de la posguerra y el estallido vitalista de los años 60, cuando la irrupción de los Rolling Stones y la televisión en color barrerá como un vendaval los espectáculos de variedades, aquellos ‘'shows' donde brillaban cómicos con canotier y chicas que, envueltas en plumas y lentejuelas, cantaban picardías inocentes del tipo: "Soy Betty la Lechera y temblando estoy toda entera". Cambian los gustos del público, y el alcanfor de una época está a punto de ser devorado por el oleaje. Corre, decíamos, el año 1959, cuando la necesidad más que el ansia de gloria reúne al trío de personajes, tres pobres diablos veinteañeros que tratan de abrirse camino en el submundo de la farándula. A saber: Evie, una corista de sonrisa deslumbrante, piernas esbeltas y escaso talento para cantar; Ronnie, un mago de los de capa y chistera; y Jack, maestro de ceremonias, expansivo y ligón, el más avispado. Un triángulo peculiar de buscavidas.

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