Galardones

Los Oscar adoran la sobreactuación: Will Smith y Jessica Chastain, premiados

La Academia de Hollywood ha dejado claro en numerosas ocasiones que le chiflan las afectaciones que muestran el esfuerzo actoral y desvían la atención de todo lo demás

Jessica Chastain en ’Los ojos de Tammy Faye’ y Will Smith en ’El método Williams.

Corre el rumor de que, cuando Philip Seymour Hoffman ganó el Oscar al Mejor Actor por su trabajo al frente de ‘Truman Capote’, Heath Ledger protestó: "Yo pensaba que el premio se da a quien actúa mejor, no a quien actúa más". Es cierto que él mismo recurrió al avasallamiento expresivo años después a la hora de encarnar al Joker, el papel que le dio su estatuilla póstuma, pero en todo caso a su queja no le faltaba razón: a la Academia de Hollywood le gusta recompensar la sobreactuación, ya sea en forma de tics verbales y gestuales o, en general, de cualquiera de las fórmulas y afectaciones que tan claro dejan el esfuerzo actoral y tanto desvían la atención de todo lo demás; ese es el motivo por el que Meryl Streep sigue acumulando nominaciones, por el que Sean Penn tiene dos Oscar pese a ser el campeón mundial del histrionismo y por el que, tras ganar finalmente el trofeo por pasarse el metraje de ‘Esencia de mujer’ (1992) gritando “Hoo-hah” -sus grandísimas interpretaciones previas habían sido ignoradas por los académicos-, Al Pacino pasó la década siguiente gritándolo absolutamente todo.