Crítica de teatro

'Crim i càstig', prueba superada en el Lliure

  • Pau Carrió sale con la cabeza alta del reto mayúsculo de adaptar el clásico de Fiódor Dostoyevski

  • La obra crece en la segunda parte y llega a su punto más alto con el mano a mano entre Pol López y Míriam Iscla

Pol López se transforma en Rodion Raskólnikov en ’Crim i càstig’. / Sílvia Poch

Hay apuestas que se ganan el aplauso solo por el reto de emprenderlas. Es el caso de 'Crim i càstig', la adaptación que firma Pau Carrió en el Teatre Lliure de la monumental novela de Fiódor Dostoyevski. Carrió sale bien parado del triple mortal que supone enfrentarse a la traslación teatral de una novela de casi 700 páginas. Y no se lo pone fácil al espectador con un montaje que supera las tres horas y media, sin contar un pausa de 20 minutos. Una obra de aquellas llamadas a convocar o bien a un público muy teatrero o a los seguidores más entusiastas del genial narrador ruso. El director se pone en manos de su actor fetiche, Pol López, para esta mayúsculo viaje escénico.