Tenía 16 años cuando Lee Ok-Sun fue raptada en 1942 y llevada desde su Corea natal a una base aérea en China. El Ejército japonés la mantuvo encerrada hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial obligándola a ser una "mujer de consuelo" para sus tropas. Perverso eufemismo para decir que la convirtió, junto a muchas de sus compatriotas, en esclava sexual, condenada a ser violada sistemáticamente y prostituida a diario, llegando a pasar por las manos de 30 o 40 soldados los fines de semana. "Para ella esos tres años fueron un tiempo de muerte. Creo que sintió que su espíritu murió allí. Recalcaba que los soldados la tomaban en contra de su voluntad. No tenía forma de escapar e hizo lo que pudo para sobrevivir cada día. Y en Corea decimos que sobrevivir no es vivir. Yo, como mujer, no puedo ni imaginar cómo pudo ser vivir experiencias tan dolorosas. Aquellas mujeres tuvieron que convivir con sus heridas y traumas", explica por videoconferencia la dibujante coreana Keum Suk Gendry-Kim, que relató las vivencias que le contó una Lee Ok-Sun ya anciana en las casi 500 páginas del multipremiado cómic ‘Hierba’ (Reservoir Books), traducido a 14 idiomas.
* Fe de errores
Recogemos en este apartado unas observaciones realizadas por el consulado de Japón en Barcelona sobre las "mujeres de consuelo":
Según el Gobierno japonés, "a propiedad y las reclamaciones entre Japón y Corea del Sur se resolvió por completo y definitivamente en 1965" mediante un acuerdo conjunto y, en 1995, "para facilitar soluciones viables para las antiguas mujeres de consuelo, los ciudadanos y el Gobierno de Japón cooperaron para crear el Fondo de Mujeres Asiáticas, a través del cual se han llevado a cabo proyectos médicos y de bienestar y se ha proporcionado ‘compensación de desagravio’ a cada antigua mujer de consuelo en Asia y otros países". Otro acuerdo de 2015 entre Japón y Corea del Sur llevó al Ejecutivo nipón a contribuir "con mil millones de yenes a la Fundación para la Reconciliación y Sanación creada por Corea del Sur". Esta fundación, apuntan, "brindó apoyo financiero a 35 de las 47 antiguas mujeres de consuelo que estaban vivas en el momento del acuerdo" y a las familias de 64 de las 199 ya fallecidas.
Desde el consulado añaden que "los sucesivos primeros ministros de Japón han enviado cartas en las que expresan sus ‘disculpas y arrepentimiento’ a cada antigua mujer de consuelo" y que desde su Gobierno se "han hecho todos los esfuerzos posibles en esa dirección". Y concluyen que se "carece de pruebas concretas" de que fueran "200.000 el número total de mujeres de consuelo", ya que "es prácticamente imposible determinar" su número total por falta de documentos.