Crítica de teatro

'Adeu Arturo': funeral a La Cubana

  • La histórica compañía capitaneada por Jordi Milán se instala en el Coliseum con una apabullante celebración de la vida enmarcada en un velatorio  

Un momento de ’Adeu Arturo’, lo último de La Cubana.

Más que a los muertos, las exequias suntuosas alimentan la vanidad de los vivos. Corre por Internet una frase similar atribuida a Eurípides, padre de la tragedia, y viene a cuento porque tienen los funerales una buena dosis de teatro, como el resto de los rituales sociales que La Cubana ha destripado con sorna en sus más de cuarenta años de historia. No suenan ahora las 'Campanades de boda' sino el toque a difuntos en los ritmos más variados, los que imprimen la letra y la música del cortejo fúnebre más disparatado visto nunca en un teatro. 

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