En el gueto de Varsovia, de pelo rubísimo recogido en trenzas y brillantes ojos azules, la joven judía Niuta Teitelbaum parecía ingenua e inocente. Un día entró decidida en la oficina de un alto oficial de la Gestapo y le disparó a sangre fría. No sería el único. A otro le descerrajó un tiro en la cama de su casa. Con la apariencia de una granjera polaca y fingida vergüenza se cameló también a unos guardias nazis pidiéndoles en un susurro hablar con cierto oficial de un "asunto personal", dando a entender que la había dejado embarazada. Una vez en su despacho, sacó una pistola con silenciador y le pegó un tiro en la cabeza, saliendo luego tranquila y sonriente. Mató también a otros dos agentes nazis e hirió a un tercero, al que llevaron al hospital: disfrazada de doctora, entró en su habitación y no perdonó, llevándose además por delante al guardia. No es de extrañar que con semejante historial fuera uno de los asesinos más buscados por la Gestapo, que la llamaba "la pequeña Wanda con trenzas". Ella se autodenominaba "verdugo". Fue perseguida, torturada y ejecutada. Pertenecía al grupo comunista Espartaco. Tenía 25 años y es una de las olvidadas mujeres polacas judías que la historiadora del arte y cómica Judy Batalion, nieta de una superviviente del Holocausto, rescata en el ensayo ‘Hijas de la Resistencia’ (Seix Barral).
Segunda Guerra Mundial
Las judías que desafiaron a los nazis
El ensayo 'Hijas de la Resistencia', de Judy Batalion, rescata del olvido a las mujeres de Polonia que lucharon contra Hitler rompiendo el mito de la pasividad judía ante el Holocausto
De izquierda a derecha, Vitka Kempner, Ruzka Korczak y Zelda Treguer, imagen de ’Hijas de la Resistencia’. /
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