'El método Williams': así se convirtieron Venus y Serena Williams en estrellas del tenis

Son dos leyendas vivientes del tenis femenino. Las hermanas Williams no solo lo han ganado todo, sino que también se han convertido en referentes inspiracionales. Venus consiguió ser en la primera mujer afroamericana en llegar a la cima de la clasificación de la WTA y Serena es considerada como una de las mejores jugadoras de la historia. Su vida, desde que empezaron a entrenar con 4 años hasta que alcanzaron la gloria, es sin duda una historia de película, una de esas que tanto le gustan a Hollywood sobre cómo es posible alcanzar el sueño americano con esfuerzo y tesón. Pero 'El método Williams', que ahora se estrena, no se centra exclusivamente en las imbatibles hermanas, sino que lo hace en el que se supone el verdadero artífice de su éxito, su padre, Richard Williams, una figura de lo más controvertida por su insistencia en convertir a sus hijas en campeonas. ¿Un loco? ¿Un visionario? La película dirigida por Reinaldo Marcus Green ha sido supervisada por la propia familia, así que la lectura que transmite resulta de lo más blanqueada. Que Will Smith sea el protagonista influye de manera fundamental para que el público se sienta más cercano a esta figura patriarcal que en la pantalla adquiere una dimensión casi heroica. “Había muchas maneras de contar esta historia”, cuenta el director. “Pero más allá de las victorias en las canchas de tenis, lo que nos interesó fue el proceso que hubo detrás. Porque en realidad, la película va sobre una familia que lucha junta para conseguir un objetivo”. “Más que un objetivo, un sueño”, continúa Will Smith durante la comparecencia de prensa. “Un sueño imposible. En esencia, se trata de querer ser las mejores versiones de nosotros mismos, y de cómo se puede conseguir gracias a la fuerza del espíritu humano”. Uno de los aspectos más interesantes de 'El método Williams' es precisamente la forma en la que se plasman las dinámicas familiares, la relación entre Richard y su esposa Oracene (Aunjanue Ellis) y de cómo se compenetran para generar un entorno estimulante para sus hijas dentro de un complicado barrio californiano suburbial y a pesar de su falta de recursos económicos. También resultan fundamentales los vínculos que se establecen entre las hermanas en su día a día, de cómo se apoyan y cómo van creciendo y superando etapas. Esa atmósfera de cotidianeidad está captada a la perfección gracias a la cámara de Marcus Green y a la compenetración de un reparto en el que también destacan las jóvenes Saniyya Sidney, como Venus, y Demi Singleton como Serena. “Las demás hermanas, Isha, Lyndrea, Tunde, también estaban en las pistas recogiendo pelotas apoyando a Venus y Serena, las mayores ayudaban a cuidar de las pequeñas. Era como una cadena bien engrasada de protección y había que trasladar todo eso bien a la pantalla”, dice el director. Fe irracional Se dice que Richard Williams elaboró un plan (de 78 páginas) para que sus hijas conquistaran el mundo del tenis y que tuvo una especie de revelación cuando vio a Virginia Ruzici jugar en televisión. Empezó a dar lecciones a Venus y Serena con cuatro años y se pasaban horas practicando en las canchas públicas de tenis, lloviera o hiciera un sol abrasador. Luchó para que tuvieran las mejores oportunidades, los mejores entrenadores. Lo que le movía, era una fe irracional, al menos, eso dice. Lo más escalofriante, es que todas sus profecías se hicieron realidad. Cuando en 1999 las hermanas Williams se enfrentaron en la final de lo que ahora es el Miami Open, desde las gradas Richard sacó una pancarta que decía: “¡Os lo dije!”. Para los productores Tim y Trevor White, ese fue el germen de la película. “Creíamos que no se había contado lo suficientemente bien lo que suponía el entrenamiento deportivo y eso era por supuesto una motivación, pero lo que queríamos plasmar era la historia de una familia que hace realidad lo imposible”. En la película vamos avanzando por todos los primeros pasos de las hermanas. Cómo Richard consiguió que Paul Cohen, que en ese momento trabajaba con John McEnroe y Pete Sampras, se hiciera cargo del adiestramiento de Venus, cómo Serena quedó relegada, pero siguió entrenando bajo la supervisión de su madre, los primeros campeonatos junior, su traslado a Florida para pasarse al programa de Rick Macci, que había llevado a lo más alto a Jennifer Capriati, hasta llegar a la primera final de Venus contra Arantxa Sánchez Vicario. “Lo más difícil era de qué manera condensar todos estos episodios fundamentales y que tuvieran un sentido y una evolución dentro del relato”, cuenta el guionista Zach Baylin. “Tuve claro que lo importante eran los detalles y la unión entre los personajes”. Para Will Smith, este papel puede llevarle por fin a conseguir el Oscar después de haber estado nominado en dos ocasiones, por 'Ali' y 'En busca de la felicidad'. Por el momento, es uno de los grandes favoritos después de ganar el Globo de Oro. El actor y productor, que acaba de publicar sus memorias, después de un bache profesional, parece haberse recuperado gracias a este papel que ha sido muy importante para él. “Para interpretar a Richard fue fundamental mi relación con mi propia hija, Willow y la manera en la que ha encarado su carrera profesional. La he intentado ayudar, pero sin presionar para que encontrara su espacio. Hay un pulso muy complejo con los hijos entre el control y la comprensión que también tiene que ver con tu propio ego”.

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Will Smith se mete en la piel del padre de las hermanas Venus y Serena Williams en esta película en la que seguimos sus pasos para convertirlas en grandes campeonas del tenis. ¿Un loco? ¿Un visionario?

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