Periféricos y consumibles

Los Reyes Magos son los libros

Kabir Bedi, en una imagen de la serie ’Sandokán’, de 1976. / EPC

La tía Palmira -hermana de la abuela- vivía en el barrio de Las Delicias, en una zona de pequeños bloques idénticos y tenebrosos que llamaban 'Las Viudas'. No quemen neuronas imaginando por qué: es por eso que ustedes han pensado en primer lugar. Viudas pobres con pensiones miserables, viudas que apenas estuvieron casadas, viudas vírgenes quizá, viudas sin hijos, viudas con gatos, viudas que desarrollaban demencia senil y lanzaban bombonas de butano desde su balcón. La tía Palmira tenía gafas con dioptrías incalculables y una peluca que le hacía parecerse a José Luis López Vázquez en 'Mi querida señorita'. Se la ponía para venir a nuestra casa una vez al año a traer los regalos que los Reyes Magos habían dejado en su casa para nosotros. Contaba la tía Palmira, mientras bailaba en la mesa monedas con la cara de Franco, historias de su infancia que a los niños nos fascinaban, historias terribles que terminaban siempre en el fusilamiento de un padre idolatrado. Viuda roja condenada a vivir en el 'Grupo Francisco Franco' con las viudas de los falangistas. Viuda de Félix el cojo, mutilado de guerra, refugio en la tormentosa posguerra para una solterona sin recursos.