Control implacable

Los herederos de Hergé obligan a cerrar una exposición inspirada en Tintín en Barcelona

El artista Nacho Simal clausura su muestra de la galería Cromo tras las advertencias de los servicios jurídicos de la fundación Moulinsart, que gestiona los derechos de las obras del dibujante belga

artista Nacho Simal en la Galeria Cromo donde expone obras que revisitan la figura y algunas viñetas de Tintin. FOTO FERRAN SENDRA / FERRAN SENDRA

Anna Abella

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Con los inflexibles gestores de los derechos de la obra de Hergé, y en especial de Tintín, ha topado Nacho Simal. Cofundador en 2008 de la revista ‘La Cruda’, de arte, dibujo y cómic contemporáneo, este artista nacido en Zaragoza en 1974 y formado en Bellas Artes en Barcelona, inauguraba el pasado 8 de octubre, en la galería Cromo, en la Riera de Sant Miquel 27 de la capital catalana, su nueva exposición, primero bautizada como ‘Syldavia’, aunque renombrada, precavidamente, como ‘Simalia’. En breve se verá el motivo. En ella, comisariada por la crítica Mery Cuesta, lucían hasta este lunes, 15 de noviembre, una docena de obras de gran formato, realizados en distintas técnicas, inspiradas muy libremente en el universo de Tintín y en concreto en el álbum ‘El cetro de Ottokar’, que siempre fascinó al artista. Las obras debían seguir expuestas hasta el 3 de diciembre, pero Simal ha decidido por ahora clausurarla ante el correo electrónico recibido por su galerista, Natalia Zaratiegui, remitido por los servicios jurídicos de Moulinsart S.A., que vigila el legado de Hergé, instándoles al cierre y prohibiéndole mostrar o vender las piezas.

"Estoy muy sorprendido, porque nunca pensé que tuviera problemas por versionar un universo tan popular, algo que a mí me marcó de niño. Lo hice de forma natural, sincera y espontánea, dando respuesta a un eco interior, a mi subconsciente, abriendo puertas como de un universo paralelo, mi Simalia. No poder exhibir ni vender la obra significa que la están matando. Es muy deprimente. Si les hacemos caso seguramente la cosa quedará ahí y no tomarán más medidas. Ahora estoy consultando jurídicamente si puedo hacer algo. Pero enfrentarse a ellos significa tener tiempo, dinero y ganas", lamenta a EL PERIÓDICO un consternado Simal, quien hace una semana temía incluso que pudieran exigirle la destrucción de todas las obras, en las que empezó a trabajar hace cuatro años. Los cuadros revelan "visiones deformadas, subvertidas y oníricas de Tintín. Es un viaje interior, hecho con las tripas", comentaba a este diario, al poco de inaugurar, la comisaria, ante unos lienzos con apariciones casi espectrales también de Milú y Hernández y Fernández.

Foto detalle de una de las obras de 'Simalia', colgada en la galería Cromo antes del cierre de la muestra. / FERRAN SENDRA

"Son gente muy poderosa. Todo el mundo baja las orejas. Sigo dudando de si usar toda esta energía negativa para intentar hacer algo que no sea un suicidio. Aunque un artista francés, Xavier Marabout, acaba de ganar un juicio contra ellos. Había dibujado a Tintín dentro de cuadros del pintor estadounidense Edward Hopper y el tribunal falló que tenía derecho a la sátira", explica Simal.  

La sociedad Moulinsart fue creada por el británico Nick Rodwell, segundo marido de Fanny Remi, la viuda del dibujante belga, para gestionar su legado, y persigue sin que le tiemble la mano cualquier reproducción no autorizada previo pago de un dibujo de Tintín, llevando a los díscolos a los tribunales. El ‘email’ de Moulinsart recibido por la galerista no cuestionaba la calidad de la obra de Nacho Simal pero decía que era una adaptación no autorizada de la obra de Hergé y, por ello, pedían que confirmaran que las obras ya no estaban sujetas a "divulgación pública o comercio". 

Nacho Simal, hace unos días, ante una de las obras de 'Simalia', en la galería Cromo, antes de cerrar la exposición. / FERRAN SENDRA

No era el primero. De hecho hace un par de semanas, cuando este periódico visitó la exposición, ya se lo esperaban, pues justo antes de inaugurar habían cambiado ya el nombre de la muestra, que iba a llamarse 'Syldavia', en alusión al reino imaginario del álbum de Hergé. Habían recibido un burofax de una persona [Enric Reverté] que decía ser el cónsul honorario de Syldavia, amenazando con emprender acciones legales contra el artista y la galería por usar ese nombre, cuyos derechos sobre soportes físicos decía tener registrados. "También nos auguró problemas con Moulinsart", explica Simal. Y, efectivamente, el primer correo electrónico de la empresa de Rodwell no se hizo esperar. Les llegó hace una semana, notificándoles que habían tenido noticia de la exposición y reclamándoles fotos e información de las obras. "Se las enviamos, les dijimos que no era un plagio sino una revisión, un homenaje... e intentamos quitarle hierro. Pero creo que nos han estado investigando porque en el segundo ‘email’ [el de este lunes] nos mandaron foto hasta de la lista de precios de las obras e instaban a la galerista a no hacer publicidad de ellas y a no hablar del tema", concreta el creador. 

Foto de una de las obras de 'Simalia', colgada en la galería Cromo antes de la clausura de la muestra. / FERRAN SENDRA

Autocensura en 'La Cruda'

Pero no todo acaba con el cierre de la muestra y la prohibición de vender las obras del artista. Publicado por la editorial La Cúpula, esta misma semana iba a llegar a librerías, aunque deberá retrasarse a la próxima, un número especial de despedida de la revista ‘La Cruda Negra’, una edición de 500 ejemplares, de 180 páginas, donde participaba Simal reproduciendo algunas de las piezas de su onírica aproximación tintinófila. "Estaban ya en imprenta y tengo que ir a ponerles un sello encima de censurado para que quede anulada la imagen", revela el artista, que ha expuesto en galerías y museos de Barcelona, Zaragoza y Madrid, pero también en París, Roma, Rotterdam o Londres con el colectivo de artistas afincados en Barcelona E. T. (Estudiosos del Tema), que creó en 2001. 

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Portada de 'La Cruda Negra'.

"Nacho ha tomado la decisión de autocensurarse, pero yo en su lugar quizá no sé si lo habría hecho. Que nos lleven a juicio si quieren -desafía Emili Bernárdez, editor de cómic de La Cúpula y de la histórica ‘El Víbora’-. Lo que él ha hecho es un homenaje porque siente devoción por el personaje. Tendría que prevalecer el derecho al homenaje".  

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