Hasta el 27 de febrero

Lola, 'la guardiana del tesoro’ que pellizcó la rodilla del niño Picasso

  • El Museu Picasso de Barcelona homenajea a la hermana y primera musa del artista malagueño con una exposición que reúne retratos, fotos, cartas y documentos familiares, algunos inéditos

Pablo Picasso y su hermana Lola, en Málaga, en 1888. A la derecha retrato de ella que el joven artista pintó entre 1896 y 1897. / SUCESIÓN PICASSO VEGAP

Dos fotos de 1888, en Málaga: posa un pequeño Picasso de unos siete años con su hermana Lola, tres años menor. En una, miran a la cámara, ella con la mano sobre la rodilla de él; en la otra, ella le mira con admiración, sonriente y traviesamente tras pellizcarle. Un detalle que revela ya siendo niños una complicidad y una relación afectuosa entre ambos que duró toda la vida. Lo explica uno de los nietos de Lola, Xavier Vilató, antes de contar otra reveladora anécdota sobre su abuela: en la casa familiar del paseo de Gràcia, Lola custodió hasta su muerte, en 1958, casi un millar de obras que el artista había dejado en Barcelona cuando marchó a París y que en 1970 el pintor donaría a través de sus sobrinos al Museu Picasso de la capital catalana. Tal fue su dedicación a ese papel de ‘guardiana del tesoro’ que una vez, al oír la campana de los bomberos muy cerca, empezó a gritar: "¡Cuidado, los cuadros, los cuadros!", a lo que uno de los hijos, socarrón, soltó: "¡Y nosotros, qué!". Detalles como estos se desgranan en la exposición que el museo de la calle de Montcada dedica hasta el 27 de febrero a Lola Ruiz Picasso, comisariada por su director, Emmanuel Guigon, y por Malén Gual.