200 AÑOS DEL NACIMIENTO DEL ESCRITOR RUSO

Cinco razones para leer hoy al bicentenario Dostoievski

Dostoievski

Dostoievski es un exceso. Sus libros rebosan neurosis, están marcados por los sentimientos más desaforados y se diría que sus personajes, sus asesinos de usureras, sus prostitutas bondadosas y sus víctimas angelicales, más que sufrir, disfrutan con un placer malsano mientras caen en la degradación. Cierto. A más de un lector pueden incomodar esas criaturas torturadas del maestro de Petersburgo, esa miseria tan exhibicionista como vergonzante. Y sin embargo… es muy probable que nadie se haya acercado tanto y tan directamente a la angustiosa ansiedad de la psique humana como él. Cuando se cumplen 200 años de su nacimiento y el recuerdo del autor está más vivo que nunca en su país natal -quizá no hubiéramos entendido la naturaleza rusa sin Dostoievski-, y nuestras librerías rebosan de novedades -entre estudios de su obra, biografías, y cuidadas reediciones, en especial las de la editorial Alba-, bueno es explicar por qué hoy necesitamos a Dostoievski, como buen clásico que es.