TEATRO

Crítica de ‘M’hauríeu de pagar’: el precio de la soledad

Jordi Prat i Coll despliega todo su potencial como director y dramaturgo en su elogiada pieza que ahora repone la Sala Atrium.

El actor Francesc Cuéllar, en uno de los monólogos de la obra ’M’hauríeu de pagar’. / Noelia Sardà

Comienza la obra y escuchamos a Guillermina Motta catando ‘La soledat’. Pensamos que Jordi Prat i Coll –director en creativa onda expansiva– nos ofrecerá su perfil más musical y popular, el de éxitos como ‘Els Jocs Florals de Canprosa’ y ‘Requiem for Evita’. Pero no, en su vertiente como dramaturgo se nos muestra ahora sombrío en los retratos y austero en su representación (sin apenas escenografía o cambios de luces). ‘M’haurieu de pagar’ contiene tres monólogos sobre la soledad, tres confesiones de personajes desencajados y expuestos a un mundo que lo mercantiliza todo, incluso la revelación de los sentimientos más profundos. 

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