Se mida en cifras o en nombres propios, el Manga Barcelona vive una edición apoteósica de regreso a la presencialidad que ni la copiosa lluvia ni las colas con paraguas y revendedores de entradas han podido desteñir. Bajo el cielo más gris de octubre, este sábado luce todo un arcoiris de pelos de colores, disfraces estrambóticos, cultura y pasión niponas, buenrollismo y dosis de genialidad a base de lápiz y papel. Para algunos la magia estaba en un sable de plástico a la espalda, símbolo de la iconografía que vive un auténtico 'boom' en Catalunya, para otros, en el poder de un dibujo. El poderío del salón es tal que por primera vez ha mezclado a una legión de 'otakus' con políticos de primer nivel como el 'president' Pere Aragonès, por la tarde, y horas antes el ministro de Cultura, Miquel Iceta, quien esta vez no ha bailado, pero sí ha realizado una pequeña cata de sake.
Retorno a la presencialidad
Crónica del Manga Barcelona, sábado: Un 'president', un ministro, ramen y pelucas
La lluvia no desanima a la legión de 'otakus' dispuestos a devorar literalmente la feria más colorida de Barcelona, con tal éxito que hasta los políticos quieren salir en la foto
Colas a mediodía para acceder al salón Manga Barcelona este sábado. /
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