Periféricos y consumibles

Una ironía se balanceaba...

VIñetas de ’13, Rue del Percebe’ / El Periódico

Con la ironía pasa como como con la familia: si es la nuestra, la defendemos a muerte; si es la de otros, todo lo que hace nos da por el saco. Nuestra ironía es señal de perspicacia, de sutileza y de humor inteligente (esa entelequia). La ironía de los demás, cuando nos acomete y nos alancea, es muestra de mala leche, insidia e incontinencia. Lo que es libertad para ser irónico en mi caso, es pésima educación y chulería en mi vecino. El poseedor del don de la ironía toma distancia, quizá demasiada, y muestra con qué destreza la usa. Genio y figura (retórica). La ironía, dicen, es la gran figura de la 'posmoderninada', que es como no ser nada y, además, parecerlo.