La serie surcoreana ‘El juego del calamar’ nos engancha por la misma razón que en los últimos años nos han fascinado un puñado de películas procedentes de este país. A veces no acabamos de comprender, desde nuestra perspectiva occidental, ciertos conceptos. A veces nos reímos con situaciones que en la cultura y forma de vida coreanas son corrientes y trágicas. Recuerdo una secuencia de ‘The host’, el tercer largometraje de Bong Joon-ho, que acontece en un funeral colectivo. Los personajes lloran convulsamente, de manera histriónica, pero así es en una realidad que nosotros no comprendemos, o ahora entendemos mejor gracias al floreciente y atractivo audiovisual surcoreano. ‘Parásitos’, lo último de Bong Joon-ho, fue la clara demostración de como esta imaginería tan particular -aunque conectada con ciertas películas europeas de los años 60 firmadas por Joseph Losey o Pier Paolo Pasolini- podía alcanzarnos a todos con un éxito inusitado. Ahora son las teleseries las que juegan un similar papel. La industria audiovisual de Corea del Sur ha visto claramente el filón y se dispone a explotarlo.
Serie fenómeno
A favor de 'El juego del calamar': la fuerte identidad del audiovisual surcoreano
El crítico de cine Quim Casas aplaude la producción surcoreana
Por el contrario, su colega Nando Salvà no se muestra precisamente entusiasmado
’El juego del calamar’ cuenta con un reparto estelar de actores. /
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