Estrenos de cine

'Sin tiempo para morir': así es el emotivo final de la era Daniel Craig

Daniel Craig. 

Son muchas las razones por las que 'Sin tiempo para morir' es especial dentro de la saga Bond. La primera, porque se ha hecho de rogar. Su fecha de estreno estaba prevista para la primera del 2020, pero la pandemia y la situación de los cines postergó su lanzamiento en sucesivas ocasiones hasta llegar ahora a nuestras pantallas, más de un año y medio después. Podría haberse estrenado en Amazon, ya que la plataforma compró sus derechos de distribución, pero los responsables defendieron hasta el final que la película debía verse en las salas. Y así será. 

La segunda razón es que supone el final de un ciclo, el de Daniel Craig como agente 007. Su participación en la franquicia corresponde con una línea narrativa que comenzó con 'Casino Royale' y que ha ido ampliándose en los sucesivos episodios ('Quantum of Solace', 'Skyfall' y 'Spectre') que podrían considerarse como una pentalogía de carácter independiente. Un viaje con un inicio y un final. 

Craig dice adiós a su personaje y lo hace con una película dispuesta a dilapidar muchos de los convencionalismos sobre los que se ha sustentado no solo la saga, sino también los últimos capítulos en los que el aspecto visual y los juegos de artificio se situaban por encima de la historia. En 'Sin tiempo para morir' el relato y la relación que se establece entre los miembros que forman parte de él se erigen como verdaderos protagonistas de la función en la que, por supuesto, también hay espacio para escenas de acción con un estilo visual potente, el de Cary Joji Fukunaga, responsable de títulos tan diversos como el thriller sobre la inmigración mexicana 'Sin nombre', la adaptación de Jane Austen 'Jane Eyre' o la primera temporada de 'True Detective'. 

En 'Sin tiempo para morir' nos situamos cinco años después de los acontecimientos que tuvieron lugar en 'Spectre'. James se ha retirado, ha dejado su puesto en el MI6 y se ha alejado del mundanal ruido, vive solo en Jamaica y los fantasmas de su pasado todavía le atormentan, en especial el recuerdo de Vesper (Eva Green) y su ruptura con Madeine Swann (Léa Seydoux) después de creer que le ha traicionado. Pero el círculo todavía no se ha cerrado y cuando se entere de que Blofeld (Cristoph Waltz) sigue moviendo los hilos desde la cárcel y que alguien ha robado un arma de destrucción masiva en forma de virus inteligente, tendrá que volver a la acción. 

Un hombre herido

Los responsables de esta nueva saga, los productores Barbara Broccoli y Michael G. Wilson, siempre han mantenido que las tramas de Bond se han intentado vincular con nuestro presente, aunque seguramente no imaginaron que la de 'Sin tiempo para morir' iba a resultar tan pertinente antes de que se desencadenara la pandemia y todo el cúmulo de teorías conspiratorias. Pero lo importante es que Bond ha cambiado, ya no es la prototípica imagen del macho alfa a la que nos tenía acostumbrados, ahora es un hombre herido, consciente de sus errores y, sobre todo, vulnerable. 

Lashana Lynch y Daniel Craig, en 'Sin tiempo para morir'

/ Universal Pictures

“Teníamos la sensación de que Bond era infalible, que era una leyenda, casi un ser mitológico. Pero ahora conoceremos su lado más íntimo, sus renuncias, sus miedos. Y sabe que tiene mucho que perder”, cuenta Cary Joji Fukunaga, el primer director no británico que aborda una película del agente más famoso al servicio de la reina de Inglaterra. 

El propio Fukunaga se ha encargado del guion, junto a Neal Purvis y Robert Wade y, para su desarrollo, ha contado con la creadora de 'Fleabag', Phoebe Waller-Bridge. ¿Nos encontramos entonces ante una película con una conciencia de género mucho más consciente? Sin duda, los personajes femeninos acaparan el foco de atención, desde el prólogo, dedicado a explicar el trauma infantil de Madeleine y su relación con el nuevo villano, Safin (Ramy Malek), la introducción de una nueva 007 racializada, encarnada por Lashana Lynch y la presencia de una Ana de Armas cuya presencia en la trama no se encuentra lastradas por los intereses sexuales. Las nuevas chicas Bond dejan de ser objetos para convertirse en sujetos activos de la acción. 

“El mundo que había rodeado a James Bond había sido eminentemente misógino”, cuenta Léa Seydoux a través de una entrevista por Zoom. “Pero ahora las mujeres que lo rodean escapan a cualquier tipo de simplificación heteropatriarcal”. “Ya no se trata de una película enfocada al público masculino”, añade Lashana Lynch. “La saga se ha modernizado, se ha adaptado a las nuevas generaciones y ese es su principal valor, que siempre se encuentra en un constante proceso de búsqueda”. 

Eso no quiere decir que la esencia de las películas de James Bond se haya perdido. De hecho, Cary Joji Fukunaga nos cuenta que su intención era mantener el espíritu clásico de la saga. “Mi primera aproximación en la infancia fue viendo 'Panorama para mata'’, con Roger Moore. Recuerdo el ese final en el Golden Gate y, de alguna manera, yo también quería que toda esa imaginería épica estuviera presente”. Emoción y acción, y una humanidad que, por una vez, gana al heroísmo.