Allá por la temporada decimoquinta de su serie, Marge Simpson descubre una inesperada y profunda vocación literaria que la lleva a escribir una narración muy autobiográfica basada en 'Moby Dick' (Móvil Dick se llama un personaje masculino de Lorrie Moore: un Richard menopáusico y siempre de aquí para allá). La mujer con una torre Eiffel azul en la cabeza le pasa su obra a Homer para que este le dé su opinión puesto que ella misma intuye que su marido en la ficción sale bastante malparado. Y ella, claro, no quiere hacer daño a su familia. Homer, poco empático y más atento a su nueva carrera como conductor de ambulancias, afirma que ha leído el original sin haberlo hecho. Frustrada, Marge publica la obra acentuando los defectos de su marido no tan imaginario y dejando volar su fantasía en asuntos de 'affaires'. Cuando Homer ve el libro publicado y descubre lo mal que se habla de su otro yo, le pide explicaciones a Marge, quien le reprocha su dejadez y su mentira (mientras que Tom Clancy y Thomas Pynchon 'as themselves' alaban el libro). Homer responde: "No mentía. Estaba escribiendo ficción con mi boca". Marge se ha aprovechado de la ficción para retratar peyorativamente a Homer y este se defiende con el mismo argumento: la ficción.
Periféricos y consumibles
Marge Simpson, 'Moby Dick' y el menguante espacio entre realidad y ficción
Marge Simpson, la mujer con una torre Eiffel azul en la cabeza.
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