Exposición

Garry Winogrand, voraz fotógrafo de calle

  • El centro KBr recorre la carrera del artista documental neoyorquino, quien a su muerte prematura, a los 56 años, dejó miles de imágenes en blanco y negro y color, muchas inéditas, de los Estados Unidos de los 50, 60 y 70

Zoo de Central Park, Nueva York, 1967. / GARRY WINOGRAND

"La voracidad le definía. Siempre estaba haciendo fotos porque, decía, quería descubrir qué apariencia tendría algo una vez convertido en fotografía", señala Drew Sawyer, comisario de la exposición sobre Garry Winogrand (1928-1984) que hasta el 5 de septiembre recorre la carrera de este fotógrafo nacido en el Bronx en el centro KBr de la Fundació Mapfre en Barcelona. Prueba de esa voracidad es el inmenso legado que dejó este referente de la "fotografía de la calle", a su prematura muerte, a los 56 años, de un cáncer que lo fulminó al mes se serle diagnosticado: dejó 5.000 rollos sin revelar que nunca llegaría a ver y 4.100 carretes revelados sin pasar a hojas de contactos, lo que se traduciría en más de 300.000 imágenes sin editar. 

A menudo plantaba su trípode en medio de las aceras, en especial en las de su Nueva York natal, o tomaba las fotos desde el coche circulando por las calles de, por ejemplo, Los Ángeles. En muchas de ellas, con abundantes enfoques inclinados, gente anónima de todo pelaje y condición esquivándole, mirándole o ignorándole, figuras sorprendidas en cualquier situación cotidiana.

¿Qué pensar?

"Son imágenes desorganizadas, muy distintas unas de otras, con múltiples temas en una misma escena, que llevan al espectador a preguntarse qué debe pensar de ellas", apunta el comisario y conservador del Museo de Brooklyn mientras señala una de sus fotos favoritas. En ella aparecen cuatro señoras de avanzada edad y bien vestidas caminando por una acera de Nueva York en 1970. "Sus pies están en una alineación perfecta, casi mágica. Pasan al lado de unas grandes bolsas de basura y de un perro defecando. Tras ellas, una joven en vaqueros y posiblemente sin sujetador, como abanderando la nueva generación feminista. Enfoca la realidad"

Vídeo de la exposición de Garry Winogrand en el centro Kbr de Barcelona. En la foto, baile del Centenario, Metropolitan Museum of Art, Nueva York, 1969. / GARRY WINOGRAND / VÍDEO: EFE

Winogrand estudió Bellas Artes, pero "la pintura era demasiado lenta para él y tras unos inicios en los 50 trabajando como fotoperiodista ‘freelance’ para revistas modestas como ‘Collier’s‘, emergió su mirada artística, que mantuvo toda su carrera", explica el comisario ante un recorrido cronológico por 169 fotos en blanco y negro y, por primera vez en España, una proyección de 152 diapositivas en color. 

Color poco conocido

Aunque era más conocido por su producción en blanco y negro hizo casi 50.000 diapositivas en color, otra muestra de su voracidad fotográfica. "Pero no las imprimía porque en la época era muchísimo más caro y las enseñaba con un proyector. Y se han visto poco porque en 1967, en una exposición en el MoMA, se quemaron ocho de las que se mostraban al averiarse el proyector –aclara Sawyer-. En vida no las volvió a exponer". De positivar gran parte de su trabajo y de reivindicar a Winogrand se ocupó antes y después de su muerte John Szarkoswki, jefe de fotografía del MoMA desde 1962. 

Nueva York, 1968.

/ GARRY WINOGRAND

Ganador de tres prestigiosas becas Guggenheim (1964, 1969 y 1979) que le permitieron viajar en coche por todo el país y dedicarse a la fotografía documental y artística, Winogrand aseguraba que fotografiaba para "averiguar quiénes somos, cómo nos sentimos", jugaba con la ambigüedad y "no buscaba la denuncia ni enviar un mensaje social, político o moral concreto, no fijaba una narrativa, solo enmarcaba una parte del mundo. La suya era una visión no idealizada de la sociedad". 

Humanos en el zoo

Sawyer llama la atención sobre otra foto en la que un lobo parece acechar a una pareja en el zoo. El hombre mira fija e inquietantemente a la mujer. Winogrand parece señalar que el hombre, como el lobo, es un cazador. En otra imagen de una curiosa serie sobre animales, que realizó en zoos y acuarios neoyorquinos y en la que volcaba cierta vena humorística, enfoca también a una pareja: ella blanca, él negro, ambos con dos chimpancés en brazos vestidos tan elegantemente como ellos. "Es de 1969, cuando se separó de su primera esposa e iba con sus hijos a esos espacios abiertos que le permitían captar a la gente como si estuvieran en cautividad, igual que los animales, y expuestos a su cámara. Eran tiempos de debate sobre la libertad de expresión y sobre la brecha racial", cuenta el comisario.  

En aquella década, sus imágenes de la calle capturan el pálpito vital y el espíritu de una generación que empieza a mostrar cierto desasosiego ante un mundo amenazado por las armas nucleares (la crisis de los misiles), convulsionado por disturbios raciales, las guerras de Indochina y Vietnam y el asesinato de John F. Kennedy. Al presidente estadounidense le captó precisamente durante la convención demócrata de 1960, de espaldas. A sus pies, el espectador le ve la cara a través de un monitor. "Era su forma de mostrar cómo los medios de comunicación mediatizan o filtran el mensaje".

Nicholas Nixon y los 45 años de las hermanas Brown

De 1975 a 2020: una foto cada año viene tomando Nicholas Nixon (Detroit, 1947) a su esposa Beverly Brown, ‘Bebe’, y sus tres cuñadas, Heather, Laurie y Mimi. Todas en blanco y negro, en el mismo orden, al aire libre, mirando casi siempre a cámara, pero posando con total libertad. La última, pandemia mediante, tomada a la pantalla del ordenador, con cada una de ellas en sus respectivas casas, en estados diferentes. La serie de 45 imágenes, ‘The Brown sisters’, que podrá visitarse también hasta el 29 de agosto en el KBr, habla al espectador del paso del tiempo.


Nixon, autor de series sobre residencias de ancianos o enfermos de sida, se sumó en 1974 al ritual de la familia de su mujer, donde las cuatro hermanas se fotografiaban para la felicitación navideña. La de aquel año al fotógrafo no le gustó y la desechó. La primera buena sería la de 1975, cuando Bebe contaba 25 años y sus hermanas 23, 21 y 15. 

Las hermanas Brown, 1975.

/ NICHOLAS NIXON

Las hermanas Brown, 2000.

/ NICHOLAS NIXON

Las hermanas Brown, 2020.

/ NICHOLAS NIXON