Tres señores forman un triángulo en la portada de este volumen singular, 'Un diàleg imaginari' : Flaubert, sentado en una butaca con reposapiés, espía de reojo a su compañero de la izquierda, Stendhal, que, copa en mano, proyecta risueño los ojos al infinito, mientras que, en primer plano, oblicuamente, Proust los contempla pensativo. Entre estos gigantes de las letras francesas se establece un diálogo que modela con erudición Lluís MariaTodó, autor, por ejemplo, de 'El mal francès' (2006), 'L’últim mono' (2015) y 'Gramàtica dels noms propis' (2017) y traductor al catalán de Molière, Flaubert y Maupassant, entre otros.
Siguiendo a su admirado Marcel Proust, Todó presenta el libro como el resultado de una observación que ha realizado a lo largo de su trayectoria vital, en su caso de 40 años como profesor universitario, novelista y traductor. A través de sus reflexiones, Todó aborda temas como la fascinación por ser escritor, el impulso creativo o la relación entre escritura y vida, que en cada una de estas plumas se articula de manera distinta: Stendhal fue a “la caza de la felicidad”; Flaubert, renunció a vivir para escribir y Proust tomó sus vivencias como material para enriquecer su obra.
Este diálogo, fecundo y revelador, es en realidad a cuatro bandas, ya que Todó toma la palabra para hablar de su tiempo sin obviar cuestiones polémicas como las disputas entre el catalán 'heavy' y el 'light' de los años 90 entre filólogos y que se van repitiendo periódicamente. El poso que deja el libro, sin embargo, es una invitación a la literatura y a dejarnos iluminar por la sabiduría de los maestros.