CRÍTICA DE LIBROS

Crítica de 'Guayacanal': un mundo naufragado

El escritor colombiano William Ospina compone una bellísima novela en la que se engarza la historia de sus bisabuelos

El escritor colombiano William Ospina, en una visita a Barcelona. / JULIO CARBÓ

“Este libro es una novela. Todo lo que se cuenta en él, si fue verdad alguna vez, ahora es un sueño, y todos cuantos habitamos en él seremos sueños.” William Ospina ha querido cerrar Guayacanal con este aviso a navegantes porque es esta una ficción autobiográfica o, si se quiere, unos episodios autobiográficos atravesados por la ficción. La descripción personalísima de la visión que Ospina tiene en relación a su Padua natal, en Colombia, es la de un “mundo naufragado”. Trufado de bellísimas imágenes familiares incardinadas en el texto Ospina deconstruye la microhistoria anónima de Benedicto y Rafaela, sus bisabuelos, que conformaron unos hechos aparentemente triviales, dibujaron una geografía emocional y un paisaje en blanco y negro para poder construir un destino que fuera más allá de sí mismos.

Sin olvidar que Colombia “era una fábrica de huérfanos” y que “lo que destruyó a nuestra patria no fueron esas violencias cotidianas […], sino las esperanzas postergadas” el retrato de Ospina fija un recuerdo en el tiempo y consigue arrastrarlo por el anchuroso siglo XX con la intención de que esa imagen tenga un alcance hacia dentro y hacia afuera. Como el Walter Benjamin de ‘Experiencia y pobreza’, Ospina conoce cuándo el peso y el paso del tiempo atañe a la difusión del saber.

Un libro vivaz sobre unos muertos inolvidables.

 

'Guayacanal'

Autor: William Ospina

Editorial: Literatura Random House

 247 páginas. 18,90 euros