Cierra el confesionario

Por qué Barcelona va a echar de menos el festival Primera Persona

  • El singular festival de relatos de vida se despide este sábado después de nueve ediciones con una gran fiesta en el Pati de les Dones del CCCB

  • Los responsables de la iniciativa, Kiko Amat y Miqui Otero, eligen los 10 momentos que mejor han definido la esencia y el propósito de la muestra nacida en 2012

Brett Anderson (Suede), conversa con el periodista Xavi Sancho (izquierda) en el escenario del CCCB, en el Primera Persona 2019.  / MARTÍ FRADERA

Al término de una de las propuestas programadas en la segunda edición del Primera Persona, en 2013, el escritor y crítico teatral Marcos Ordóñez sacó una botella de chinchón y, haciendo suyo el brindis irlandés favorito de John Huston, invitó a los presentes a beber “por el impulso”. Ese es el tipo de cosas que pasaban en el Primera Persona, un festival que durante una década ha convertido el escenario del Teatro CCCB en un confesionario abierto al público en el que escritores, dibujantes, periodistas, músicos, cineastas, actores y activistas han aireado su corazón y sus libros de recuerdos para desvelar las claves autobiográficas que se esconden detrás de sus obras. Al cabo de nueve ediciones y más de 200 invitados, los dos creadores y directores del Primera Persona, Kiko Amat y Miqui Otero, consideran que aquel impulso por el que brindaba Ordóñez se ha ido diluyendo y, antes de perderlo definitivamente, han decidido echar el cierre con una edición especial en formato de fiesta al aire libre que se celebrará este sábado en el Pati de les Dones del CCCB.