'Fando y Lis' (1968)
Basada en un guion de Fernando Arrabal, la ópera prima de Jodorowsky habla del romance apocalíptico y sadomasoquista entre un joven misterioso y su novia parapléjica. Cuando se estrenó en 1968 fue tachada de blasfema y provocó disturbios en varios países latinoamericanos. Herido por la mala recepción, Jodorowsky afirmó entonces: “Mi próxima película será una del oeste, y todo el mundo irá a verla”. Esa película, claro, era ‘El Topo’.
'La montaña sagrada' (1973)
La obra más radical de Jodorowsky es una odisea psicodélica centrada en la búsqueda de inmortalidad de un ladrón. Iba a protagonizarla George Harrison, pero se echó atrás cuando el director le pidió que enseñara el trasero en una escena en la que, además, tenía que retozar al lado de hipopótamos reales. La película incluye una escena en la que la conquista de Latinoamérica es recreada con ranas y camaleones ataviados con trajes de época.
'Santa Sangre' (1989)
Mezcla de alusiones religiosas y freudianas, florituras fellinianas y cantidades torrenciales de hemoglobina, cuenta la historia de un niño que trabaja como mago y mimo en el circo de su padre, y que tras experimentar una serie de traumas es recluido en unpsiquiátrico. Ya adulto, escapa de la institución para reunirse con su madre, una fanática religiosa sin brazos que lidera una secta, y es forzado a llevar a cabo asesinatos brutales para ella.
'La danza de la realidad' (2013)
Con ella el director echó mano del realismo mágico para rememorar su propia niñez en la costa del norte de Chile. Retrata a su padre como un estalinista brutal y a su madre como una mujer frustrada que pronuncia todas sus frases canturreando como una soprano; en una escena, ella se arremanga el vestido y le orina en la cara él para curarle la lepra. Posteriormente Jodorowsky estrenó la secuela ‘Poesía sin fin’ (2016).
'Dune'
Tras ‘La montaña sagrada’, el chileno recibió la oferta de llevar a la pantalla el libro de Frank Herbert de 1965, y se las arregló para gastarse todo el presupuesto antes de que la película -cuyo metraje iba a ser de unas 14 horas- siquiera hubiera empezado a rodarse. El documental ‘Jodorowsky’s Dune’ relata los fascinantes pormenores que rodearon el proceso de preproducción de aquella película que nunca llegó a existir.