Una exigencia polémica

Amanda Gorman, la traducción como campo de batalla

Profesionales del sector debaten sobre el "gesto político" de la poeta de pedir que sean mujeres activistas y negras quienes adapten su obra a otras lenguas

La joven poeta californiana Amanda Gorman recita el poema ’The hill we climb’ durante la ceremonia de investidura de Joe Biden. / PATRICK SEMANSKY / POOL (EUROPA PRESS)

La decisión de la editorial Univers, perteneciente al grupo Enciclopèdia Catalana, de apartar al poeta, traductor y músico Víctor Obiols de la versión en catalán del poema ‘The hill we climb’ ('El turó que enfilem'), de la joven Amanda Gorman, por no ajustarse al perfil identitario requerido por el sello estadounidense Viking Books (que, atendiendo a las demandas de la autora, ha comunicado que prefiere que el trabajo sea llevado a cabo por una mujer, activista y, preferiblemente, negra) ha puesto el foco sobre un ámbito, el de la traducción, que suele permanecer en sombra cuando se habla de la creación literaria. El ‘caso Gorman’ (llamémoslo así a falta de un nombre mejor) ha suscitado un vivo debate en el sector que, más allá de una invitación a la caricatura a la que algunos no han podido resistirse, empieza a brindar interesantes aportaciones sobre asuntos de tanta importancia como los criterios con los que se seleccionan los traductores, los límites del derecho patrimonial de los autores respecto a sus propias obras y las condiciones en las que se desarrollan las labores de traducción.