Hasta el 23 de mayo

La inquietante seducción del daguerrotipo

  • El Centro KBr de la Fundación Mapfre inaugura 'La mirada cautiva', curiosa exposición con más de un centenar de daguerrotipos del siglo XIX que se remonta a los orígenes de la fotografía

  • La colección, que proviene del Centre de Recerca i Difusió de la Imatge de Girona, enseña la historia del revolucionario invento, el proceso técnico y lo que significó para el medio

Exposición ’La mirada captiva’ en el centro KBr de Barcelona. La comenta el co-comisario de la muestra, Joan Boadas Raset. En la foto, uno de los daguerrotipos expuestos. / VÍDEO: ACN / PERE FRANCESCH / EL PERIÓDICO

Al entrar en las salas en penumbra una legión de niños, hombres, mujeres, y un par de difuntos (uno de ellos un bebé en brazos de su madre), todos acicalados con sus mejores galas, serios la inmensa mayoría, solo alguna sonrisa tímida, algunos con una expresión más amable, otros adusta e incluso hostil, miran fijamente al visitante desde sus pequeños ‘altares’. Es decir, desde unos marcos que se pliegan, mayormente dorados, decorados y rodeados de seda o terciopelo rojo, en los que fueron inmortalizados hace casi dos siglos, entre 1839 y 1869. Se trata de la curiosa, y un punto inquietante a la vez que seductora, exposición ‘La mirada cautiva’, que reúne en el Centro de Fotografía KBr Fundación Mapfre, hasta el 23 de mayo, 105 daguerrotipos de la colección del Centre de Recerca i Difusió de la Imatge (CRDI) del Ayuntamiento de Girona, todo un viaje a los orígenes de la fotografía. Una muestra que coincide en el mismo espacio con la retrospectiva dedicada a Claudia Andujar y su trabajo con los indígenas yanomami.

Salario de un mes de un trabajador medio

“Entre 1839 y 1860 se hicieron en Estados Unidos 30 millones de daguerrotipos, lo que puede parecer mucho. Pero hoy cada día se toman 3.250 millones de fotos con el móvil en todo el mundo”, cifra Joan Boadas, comisario de la muestra junto a David Iglésias. El daguerrotipo, un «prodigio» fisicoquímico, “el espejo de la memoria”, como se lo conoció en la época, fue fruto de un trabajo colectivo en el que jugaron un papel esencial Joseph-Nicéphore Niepce, que experimentó con la sensibilidad de la luz a las sales de plata y la cámara oscura, y Jacques-Mandé Daguerre, que inventó los dioramas y continuó la labor de Niepce, fallecido en 1933, logrando en 1836 la primera imagen sobre una placa de cobre. La presentación oficial al mundo del primer daguerrotipo fue el 7 de enero de 1839, un invento revolucionario que se popularizó en seguida entre las clases burguesas europeas y norteamericanas que se lo podían permitir: costaba el salario mensual de un trabajador medio, aunque se iría haciendo más asequible.

Material necesario para hacer un daguerrotipo, en la muestra del KBr.

/ ACN / PERE FRANCESCH

Un daguerrotipo captaba una imagen única, no permitía hacer copias, de ahí el título de la muestra, que también alude, apunta Boada, al deseo de la humanidad de capturar el instante. Sería William Henry Fox Talbot, quien consiguió el ‘prodigio’ de conseguir copias colocando en la cámara oscura un papel emulsionado con diversos productos químicos en vez de una placa de metal.  

Inmóviles en el estudio

Quienes acudían a un estudio a hacerse un daguerrotipo debían permanecer en los primeros tiempos hasta 25 minutos lo más inmóviles posible, para que la imagen no saliera borrosa. El autor del retrato les fijaba el cuello con un reposacabezas que no salía en la imagen. El tiempo de exposición iría reduciéndose hasta los 30 o 40 segundos. Sus poses y vestimentas hablan de una época desaparecida. Maridos sentados y esposas de pie, mucha representación femenina sola, bebés en brazos, niños, solo dos retratos de grupo (cuanta más gente más difícil mantener una inmovilidad colectiva). Muchos son de personas anónimas, de las que no se ha conservado la identidad, y muchos de sus autores, y autoras, había muchas, afirman los comisarios, también eran desconocidos.

Una de las vitrinas de la muestra 'La mirada cautiva', en el KBr.

/ ACN / PERE FRANCESCH

Los daguerrotipos expuestos, señala Iglésias, provienen de dos colecciones, la del joyero y coleccionista de Vallvidrera Joan Basseda y la del conservador de fotografía navarro Ángel Fuentes, muy vinculado a Girona.

Excepto unos cuantos daguerrotipos que son “marcos europeos” y otros que aparecen tras los cristales de joyas en forma de relojes y medallones (uno con mechón de pelo incluido), la mayoría de los expuestos figuran en cajas de madera y cuero que se abren como un libro. El motivo era “aislarlos del exterior, del oxígeno que los podía dañar”, apuntan los comisarios. Un ejemplo es el de un notario de Banyoles, Joan Carrera, de 28 años: su imagen desaparece en la zona en que en algún momento se fracturó el cristal y dejó entrar el aire sobre esa instantánea cautiva.