Crónica

'Perros callejeros': memoria de un atropello infame

La película de temática quinqui de José Antonio de la Loma, rodada en parte en Bellvitge en 1977, dañó la imagen de un barrio que hubo de combatir de forma admirable durante años para borrar el cruel estereotipo de la delincuencia y la droga

Escena del atropello de Perros callejeros, película de José Antonio de la Loma. / El Periódico

En el Bellvitge de 1977 no había demasiado que ver ni demasiado que hacer. Eso explica quizá la ventolera que se levantó en el barrio cuando se supo que un equipo de rodaje iba a venir a filmar la escena cumbre de una película de título de esos que entran por los ojos, ‘Perros callejeros’. Una de navajeros y coches, decían. Cine de quinquis. El formidable tinglado de focos y cámaras que había montado el director José Antonio de la Loma en el descampado que habia entre un lateral del cine Lumiere y los bloques de la Rambla de la Marina hacía pensar que aquello era Hollywood. Gustara o no que el resbaladizo tema de la película fuera la delincuencia juvenil, ponzoña de aquellos años 70, los vecinos no parecían dispuestos a perderse un evento así.