John Cassavetes, el gran icono 'indie', en la Filmoteca

La Filmoteca de Catalunya inicia este viernes, con la proyección de ‘Shadows’, una retrospectiva dedicada al actor y director estadounidense de origen griego John Cassavetes (Nueva York, 1929 - Los Ángeles, 1989). El ciclo incluye todas sus películas tras la cámara –con la excepción de ‘Ángeles sin paraíso’, su único filme realizado dentro de Hollywood y que fue masacrado por su productor, Stanley Kramer–, y algunas de las más representativas que interpretó para otros directores, como el 'Código del hampa', de Don Siegel, 'Doce del patíbulo', de Robert Aldrich, y, sobre todo, ‘La semilla del diablo’, el seminal relato de terror abstracto realizado por Roman Polanski en 1968. Si algo marca el perfil de Cassavetes es su independencia, llevada a unos límites de coherencia artística y personal que solo han encontrado una cierta continuación en la obra de otro cineasta neoyorquino e ‘indie’, Jim Jarmusch. Para poder dirigir sus películas completamente al margen del sistema, Cassavetes intervenía como actor en producciones de gran presupuesto. Era muy bueno, y solicitado. Lo que ganaba con una de estas películas le servía para vivir y para invertir en uno de sus propios filmes, bien lejos de Hollywood. Plan perfecto con el Diablo ‘La semilla del diablo’, en la que encarna al marido de Mia Farrow, embarazada del mismísimo príncipe de las tinieblas, se estrenó en Nueva York en junio de 1968. Había costado algo más de dos millones de euros. En septiembre de aquel mismo año se presentaba en el festival de cine de Nueva York ‘Faces’, el cuarto largometraje de Cassavetes como director y el primero que hacía después de la frustrante experiencia en Hollywood. ‘Faces’ costó solo 335.000 euros, algo menos de lo que cobró por su trabajo como actor en ‘La semilla del diablo’. Un plan perfecto. Junto a esta insobornable independencia, que le llevaría a realizar películas libres y alejadas de modas imperantes, retratos realistas de distintos ámbitos neoyorquinos marcados por un gran acento documental, otros dos detalles explican bien el perfil de Cassavetes. El primero, y quizás el más importante, es la excelente relación profesional que mantuvo con su propia esposa, la actriz Gena Rowlands, protagonista del grueso de su filmografía. Rasgos feministas Es difícil disociar la experiencia de ver títulos como ‘Faces’, ‘Así habla el amor’, ‘Una mujer bajo la influencia’, ‘Opening night’ y ‘Corrientes de amor’, de la forma en que Rowlands interpreta a los personajes principales, en un cine de rasgos extremadamente feministas –o de retratos ecuánimes de personajes femeninos– realizado por un cineasta masculino. Cassavetes dirigió en 1980 el drama criminal ‘Gloria’, un homenaje tanto a Rowlands, que interpreta a la mujer madura que protege al hijo pequeño de un contable asesinado por la Mafia, como a Nueva York. Rowlands no está en ‘Maridos’, un filme perfecto para explicar el otro detalle fundamental del cineasta: el relato convulso y etílico. Protagonizada en 1970 por el mismo Cassavetes y sus dos grandes compinches de los tres que tuvo, Ben Gazzara y Peter Falk –el tercero fue Seymour Cassel–, el rodaje de ‘Maridos’ estuvo marcado por la generosidad en la bebida de sus protagonistas, lo que es muy visible en varios planos, así como por otro elemento característico del director, la improvisación. Por eso se rodeó siempre de intérpretes y técnicos de su total confianza. Y no dudó en devolvérsela: Cassavetes dirigió y protagonizó un episodio de ‘Colombo’, la serie que convirtió a su amigo Peter Falk en un icono televisivo en los 70. Longeva pareja de Hollywood ‘Shadows’, su debut tras la cámara y el filme fundacional en 1959 del New American Cinema, fue improvisado en las calles y tugurios neoyorquinos y surgió de una experiencia teatral también improvisada, cuando Cassavetes daba clases en una escuela de interpretación y con sus alumnos más aventajados creó el texto en el que se basa el filme, centrado en músicos de jazz y problemas raciales. Siempre se ha dicho que Paul Newman y Joanne Woodward formaron una de las parejas más largas y bien avenidas del cine estadounidense. Estuvieron juntos 50 años, hasta la muerte de Newman en 2008, y tuvieron tres hijos. Rowlands y Cassavetes se casaron en 1954, tuvieron también tres hijos –Nick, Zoe y Xan, los tres dedicados al cine– y estuvieron juntos 35 años, hasta que él falleció a causa de una cirrosis hepática. Detective más 'cool' Como actor no solo fue el detective más ‘cool’ de la historia de la televisión, ‘Johnny Staccato’, quien se citaba con sus clientes en un club de jazz donde tocaba el piano. También derrochó talento con Martin Ritt, Robert Parrish, Siegel, Aldrich y Polanski. Su último trabajo importante fue en 1978 a las órdenes de Brian De Palma, ‘La furia’. Si bien su hijo Nick (‘El diario de Noa’) ha rodado películas que no se parecen en nada a las de su padre, incluso cuando en ‘Atrapada entre dos hombres’ rescató uno de los característicos guiones de Cassavetes sobre la complejidad de las relaciones amorosas, el director de ‘Shadows’ ha ejercido notorias influencias entre gente de lo más dispar. De Almodóvar a Scorsese ‘Todo sobre mi madre’, de Pedro Almodóvar, está conectada con ‘Opening night’, y Gérard Depardieu, fan confeso de Cassavetes, adquirió en los años 90 los derechos de cinco de sus películas para distribuirlas en las salas de cine y coprodujo la primera de Nick, ‘Volver a vivir’, protagonizada por Depardieu y Rowlands. Martin Scorsese y Jarmusch siempre se han deshecho en elogios hacia el director, y Woody Allen hizo un amago de acercársele cuando contó con Rowlands para una de sus películas más íntimas, ‘Otra mujer’.

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El espacio barcelonés dedica un ciclo al director de ‘Gloria’ y protagonista de ‘La semilla del diablo’, una figura marcada por su independencia

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