Réquiem por las víctimas de Jack el Destripador

Olga Merino | 17 octubre 2020

El ensayo 'Las cinco mujeres' redime a los cadáveres del más célebre asesino victoriano

Londres, año 1888. Entre el 31 de agosto y el 9 de noviembre, al menos 11 mujeres perecen brutalmente degolladas en las callejuelas del barrio de Whitechapel, en el East End, la mitad oriental y depauperada de la ciudad. Los más reputados investigadores llegan a la conclusión de que solo en cinco de los casos cabe la certeza de que los crímenes hayan sido perpetrados por el mismo delincuente (de ahí que se las conozca como las "cinco víctimas canónicas"). El pánico se apodera de la capital británica, entonces el ombligo del mundo, y comienza a forjarse la leyenda en torno al asesino en serie más célebre de la historia, Jack el Destripador, un malvado evanescente e insondable -jamás le echaron el lazo-, un ser que adquiere un aura sobrenatural -como Drácula o Frankenstein, dos criaturas de ficción-,  el protagonista de un macabro cuento gótico elevado a la categoría de mito, de icono pop con chistera y capa. Se han escrito carretadas de tratados para tratar de esclarecer su misterio y, sin embargo, han tenido que pasar 130 años para que alguien se digne poner la lupa sobre los cadáveres: la historiadora Hallie Rubenhold (Los Ángeles, 1971) lo hace en 'Las cinco mujeres. Las vidas olvidadas de las víctimas de Jack el Destripador' (Roca Editorial).

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