PERIFÉRICOS Y CONSUMIBLES

'Criteratura': jugo de tronos

La Crítica y la Literatura estuvieron en guerra durante glaciaciones y solsticios. Ambas pretendían el dominio

Paulo Coelho, fotografiado en una de sus visitas a Madrid / AGUSTÍN CATALÁN

Voy a contaros un cuento, niñas y niños. Sucedió hace mucho tiempo en un lugar muy lejano. Le preguntaron a Paulo Coelho: "¿Le molesta que la crítica no le considere?". Y él, ni corto (maltés) ni perezoso (yogui), respondió: "Desde Shakespeare, todos los escritores de éxito han tenido mala prensa". Con un par. Y desde ese Big Bang incontrolado (Shakespeare con Coelho subido a su ídem), todo ha sido igual: los autores buscando la crítica (buena) pero despreciando a la crítica (mala), persiguiendo el prestigio pero anhelando las ventas (¡ole!), deseando el éxito (todo). Así fue el aiguonirol desde el principio de los tiempos: a las duras y a las maduras, a Eva y a la serpiente, al plato y a las tajadas, en misa y repicando, en dos sillas y mal sentado, jugando a dos barajas o a dos bandas, a Dios rogando y con el mazo dando, en la ceca y en la meca. Y esto siguió sucediendo en la Era Thermomix™ del Mercado Literario.

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