LA CONTRA

La colina del roquero solitario

Un ave de color azul metálico tiene en Barcelona su feudo casi exclusivo en las laderas rocosas del Carmel, o la Muntanya Pelada

La cima del Turó del Carmel. / MARTI FRADERA

La carretera del Carmel asciende con ínfulas de puerto de cuarta categoría del Tour. Tras varias curvas cerradas, cuando corona el Coll del Portell se cuela, antes de caer hacia Horta, entre dos colinas. Podría haber perfectamente un cartel. 'Instagramers', giren a la derecha: Turó de la Rovira (261 metros), el recuerdo de los búnqueres y las barracas, y vistas. Vecinos (sean 'runners', parejas o abuelos con bastón y sombrero de paja), giren a la izquierda: el Carmel, 265 metros. La verdad es que cada vez más cazadores de fotos desde las alturas ignoran esta señal implícita y giran por donde no toca. Pero, desde luego, no hay comparación posible. Y que dure.

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