CRÍTICA DE CINE

'Estaba en casa, pero...': las grietas del trauma

La narrativa de la octava película de la alemana Angela Schanelec desafía descripciones al uso

Estreno de la semana. Tráiler de ’Estaba en casa, pero...’. / periodico

Estaba en casa, pero... ★★★

Dirección:  Angela Schanelec

Reparto:  Maren Eggert, Jakob Lassalle, Marcel Kohler, Franz Rogowski

Título original:   'Ich war zuhause, aber'

País:  Alemania / Serbia

Duración:  105 minutos

Año:  2019

Género:  Drama

Estreno:  4 de septiembre del 2020

La octava película de la alemana Angela Schanelec no muestra un interés particular en desvelar motivos y significados al espectador. Su narrativa desafía descripciones al uso en tanto que presenta una sucesión de fracturas, elipsis y puntos imprevisibles de énfasis que parecen reflejar la psicología de Astrid (Maren Eggert), una madre viuda que se ve abocada a un estado de constante agitación después de que uno de sus hijos desaparezca durante unos días. 

Schanelec captura momentos de su vida, en su mayoría tensos e infelices -el problemático proceso de compra de una bicicleta usada, el encuentro casual con un amigo cineasta-, y para ello recurre a planos casi siempre estáticos y deslumbrantemente compuestos que dejan en evidencia la influencia del cine de Robert Bresson a través de su duración, su rigurosa composición y las hieráticas interpretaciones que contienen. En el proceso, 'Estaba en casa, pero...' ofrece una impactante exploración del trauma y de sus desconcertantes y amenazadores síntomas, aunque resulta menos eficaz cuando apuesta por el simbolismo, como en esos pasajes de escenificación shakespeariana que tratan de establecer conexiones entre Astrid y Hamlet o en los momentos de cotidianidad protagonizados por un burro y un perro que abren y cierran la película.