Desde el 25 de julio, las discotecas, salas de baile y locales de fiesta de toda Catalunya permanecen con persianas bajadas por orden de la Generalitat a causa de las restricciones por los rebrotes del coronavirus. El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TJSC) permitía esta semana la reapertura de cines y gimnasios, pero denegaba la petición de la patronal del ocio nocturno para reabrir discotecas. Es una estocada tras otra para la 'cultura de clubs', un concepto que puede sonar exagerado o incluso ridículo a quien no le interese la música de baile, pero que tiene toda su lógica y toda su razón de ser.
EFECTOS DEL CORONAVIRUS
Los clubs de música electrónica, olvidados de la crisis
Pinchadiscos y productores barceloneses se quedan sin campo de testeo a causa del covid y sufren el poco apego gubernamental por el 'clubbing' o cultura de clubs
Preparativos en el festival Soundit Plaza, en la Monumental de Barcelona. /
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