CRÍTICA DE CINE

'Los profesores de Saint-Denis': una escuela lista para la foto

El filme de Idir y Marsaud permanece cómodamente instalado n la convención y la obviedad, como demuestran su abuso de los clichés y el didactismo de sus diálogos

Fotograma de ’Los profesores de Saint Denis’.

Los profesores de Saint-Denis  ★★

Dirección:  Mehdi Idir y Fabien Marsaud

Reparto:  Zita Hanrot, Liam Pierron, Soufiane Guerrab, Moussa Mansaly

Título original:   'La Vie Scolaire'

País:  Francia

Duración:  111 minutos

Año:  2019

Género:  Drama / comedia 

Estreno:  17 de abril del 2020 (Movistar+, Rakuten TV, Vodafone, Apple TV, Google Play)

Basándose en sus propias experiencias de adolescencia, los directores Mehdi Idir y Fabien Marsaud -nombre real del rapero y poeta Grand Corps Malade- dramatizan la vida en una escuela del suburbio a las afueras de París del título, poblado mayormente por inmigrantes y lastrado por altos índices de delincuencia. Y en concreto se centran en una joven maestra, llegada al centro para asumir la jefatura de estudios, que se dedica en cuerpo y alma a enderezar el rumbo de los alumnos difíciles y, en especial, de un joven brillante pero desesperanzado ante una sociedad a su juicio diseñada para dejar atrás a la gente como él. 

En el proceso, 'Los profesores de Saint-Denis' funciona menos como una cadena cronológica de acontecimientos que como una colección de historias individuales en el transcurso de un año académico, en las que sin duda destaca la autenticidad que exhiben buena parte de los actores en su mayoría no profesionales que dan vida a los estudiantes; gracias a ellos, las caóticas escenas ubicadas en el interior de las clases poseen una energía y una vitalidad que se echan de menos en el resto del relato.

Incluso en esos momentos, sin embargo, 'Los profesores de Saint-Denis' permanece cómodamente instalada en la convención y la obviedad, como demuestran su abuso de los clichés y el didactismo de sus diálogos. Es, asimismo, una película empeñada en resultar agradable, que ofrece un retrato definitivamente blando tanto de los alumnos -muy majos todos- como de los profesores, recurre a trucos visuales vistosos pero facilones y, en general, se muestra más interesada en proporcionar chistes inofensivos y mensajes simples -si quieres, puedes- que en prestar verdadera atención a las deficiencias del sistema educativo y el tejido social.